sábado, 16 de junio de 2007

Imagenes Venusianas


Por: Reydelinda Reategui



CONDENADO HIJO

Retuércete y quiébrate!
te has condenado;
tus azotes le cortaron la carne, y
sus ojos miraron tu rostro cruel.

Se retorcieron sus sueños de antaño,
y tus viles caricias se alzaron sobre su lomo
Ahora pues!
Lloraras el crujir de dientes
que manda la Biblia,
y serás un errante eterno
Aferrado a la vida.

Porque no te tembló la mano,
ni ataste tus pies a la mesa;
sino que te lanzaste
sobre el vientre de tu madre,
para marcar con dolor el haberte parido.

Tu corazón empeños
se lleno de juria,
y tu boca maldita
se condeno al hades .

De inmediato sus gritos se hicieron llanto,
y sus consejos sucumbieron al olvido.
Fue entonces que su ofendida alma,
lamentaba el tiempo en que fuiste niño
y no supo usar la vara.

HOMBRE DE CAMPO

Veo en tu frente,
el reflejo del sol que llega sin miedo.
Tu pecho desnudo con gotas de sangre,
hacen tu voluntad producir.

Veo en tu mano la dureza de carne
que trae con ella el fruto de antaño,
de hoy y de siempre.
Tu saber, tu herencia;
no necesitas azotes teóricos para gozar de ella.

Veo tu fuerza, tu fruto, tu voluntad,
hombre aguerrido ,
hombre de campo.


DEJA DE SUSURRARME

Deja de susurrarme al oído,
que mi níveo corazón
se hace como el rojo carmesí,
y las rosas blancas de mi alcoba
de pronto se hacen rosa.

Deja de susurrarme al oído,
que al lienzo limpio le cae sangre,
y mis blancas cobijas se sonrojan
al rozar tu tierna voz.

Deja de susurrarme al oído
que las cuerdas del violín se rompen
en mis torpes manos,
y la loza fina tiembla y cae.

Deja de susurrarme al oído
que al hilar se hacen nudos
y no me dejan bordar,
que tu eco me atraviesa
y no me deja respirar.





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